Hoy vamos a tratar sobre este poblado del antiguo imperio inca, situado en la actual Perú. Machu Picchu en quechua sureño significa "Montaña Vieja", es un santuario histórico avalado por la UNESCO. Recibe un millón de visitantes al año (Artículo sobre Machu Picchu). Los que han estado allí lo califican de "mágico". En cuanto a los medios de transporte que utilizar para llegar, el más conocido es el servicio de ferrocarril. No se puede ir con vehículo propio, esto molesta a algunos, pero no debemos olvidarnos que es una reserva nacional y así se cuida más, también es una forma de controlar el flujo de visitantes en la zona.
Un curioso "turista" se hace un selfie en las ruinas de Machu Picchu |
De todos modos también se puede llegar a pie por el camino inca (4 días y tres noches, con tres campamentos -recomendado-), o en bus y luego caminando tres horas. Hay muchas cosas que hacer en Machu Picchu: senderismo, ver el paisaje, observar aves exóticas o incluso las estrellas, centrarte en la Historia, ir enfocado a una visita arquitectónica etc... Las zonas más visitadas son: el puente inca, el templo de las tres ventanas, el templo del sol y la roca sagrada. En cuanto a la historia, aquí os dejo un pequeño resumen:
Pachacúet fue probablemente el emperador inca más importante. Pachacútec lograría la expansión del entonces señorío Inca, logrando establecer
el poderoso imperio del Tahuantinsuyo, el cual llegaría a abarcar cerca de 2
millones de kilómetros cuadrados. Bajo su reinado se construyó la ciudadela de Machu Picchu.
Tras la caída del imperio Inca a manos de los conquistadores
españoles, la ciudadela habría sido deshabitada. Los especialistas no se han
puesto de acuerdo con respecto a la situación de Machu Picchu durante la época
colonial. Mientras algunos afirman que los españoles tenían conocimiento de la
ciudadela, otros sostienen que nunca fue encontrada. Lo cierto es que su
existencia sería sólo conocida por los habitantes locales hasta el año en que
el historiador estadounidense Hiram Bingham la encontraró y la expuso al mundo. Con la ayuda de la Universidad de Yale, la
National Geographic Society y el gobierno Peruano, Bingham iniciaría trabajos
arqueológicos en la zona desde el año 1912 hasta el 1915, periodo en el que se
retiraría la espesa maleza que cubría las ruinas y se descubrirían numerosas
tumbas de los habitantes de la ciudadela.
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